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El Estructuralismo Francés

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Emile Durkheim (1858-1917)

La Escuela estructuralista francesa nace con Emile Durkheim que llevó a la ciencia social francesa a su emancipación del reduccionismo biológico, abandonando el evolucionismo y proponiendo una visión emic de los hechos culturales. Fue el fundador de la escuela “sociológica” de antropología.

Se ha dicho que Durkheim es el heredero de Comte (positivista) y que todos los principales elementos de su pensamiento estaban prefigurados en los escritos de este. Se le presenta, pués, como un positivista que gradualmente deriva a una posición idealista intermedia entre Hegel y Weber. Este positivismo científico inspira a Durkheim a hacer de la sociología una ciencia con el mismo rigor de las ciencias naturales, acentuando la relevancia de las leyes generales para la explicación científica y criticando como no científico a todo saber que aspire a ser ciencia y no siga el mismo método.

La división del trabajo Social

Le preocupa el problema existente en la sociedad, es decir la crisis social que trajo la industrialización. Su libro “La división del trabajo social” (1887) trata de este problema y puede considerarse como un ataque contra Comte. Este veía en la especialización del trabajo una amenaza contra el progreso. Durheim, por su parte se propuso demostrar que la división del trabajo tenía un efecto diferente: un incremento de la cohesión social, a la que llama “solidaridad”.

Para Durkheim existe una primacia de la sociedad sobre el individuo que permite explicar la forma en que los individuos se asocian entre si a través del análisis de dos tipos de solidaridad, que no son sino el análisis del tránsito de la sociedad tradicional a la industrial:
  • Solidaridad Mecánica: se vincula a las formas más primitivas de sociedades. La conexión entre los individuos se obtiene sobre la base de su escasa diferenciación. Es una solidaridad construida a partir de semejanzas en la que existe pocas posibilidades de conflicto, ya que se basa en el parentesco.
  • Solidaridad Orgánica: supone la diferenciación entre los individuos y como consecuencia, la recurrencia de que los conflictos sólo pueden ser zanjados si existe una autoridad que fije límites. Esta autoridad externa o fuerza (moral, social o normativa) será la "“conciencia colectiva". La solidaridad orgánica se basa en la división del trabajo, en la colaboración de las clases en pro de la obtención de los medios de existencia.
Entre los tipos spencerianos de sociedades militares e industriales hay una transición que parece semejante a la transición entre los tipos mecánico y orgánico de Durheim, aunque este mantenía que la semejanza era sólo superficial. Spencer había incurrido en el error de dar una importancia relativa a los factores sociales como opuestos a los individuales en la fase industrial. Tanto Marx como Spencer esperaban el triunfo del individuo sobre la sociedad. Para ellos, la desaparición del Estado equivalía a la desaparición tanto del aparato político como de los nexos restrictivos, supraindividuales y socioculturales. Durheim se opuso a esta presunta disminución del factor social, siendo la contribución más original que consiguió introducir en la teoría cultural.

Según Durheim, el desarrollo de la división del trabajo y, en consecuencia, el de la solidaridad orgánica no lleva aparejado ningún decrecimiento del poder del organismo social sobre los individuos, sino que intensifica la dependencia mutua entre el individuo y el grupo social. Mucho de lo que escribió en “La división del trabajo social” tiene por objeto demostrar que la evolución de la solidaridad orgánica va acompañada de una expansión normal o saludable del aparato legal y administrativo de la sociabilidad y del conjunto apropiado de las reglas morales y éticas.

Las Reglas del Método Sociológico: El hecho social

A partir de estas premisas se propone crear una nueva disciplina, la sociología, que se ocupara de las cuestiones sociales como distinta de las “individuales”. En su siguiente trabajo, quizás el más influyente, “Las reglas del método sociológico” (1895) enunció los principios epistemológicos y metodológicos de esa disciplina. Entiende la sociología como el estudio de una realidad “sui generis” de un claro y bien definido grupo de fenómenos diversos a los que denomina hechos sociales.

Lo primero sería la concreción y definición de los hechos sociales diferenciándolos de los individuales. Para Durkheim, el hecho social se diferenciaba del individual por su fuerza coercitiva sobre la conducta individual y su causa misma debe buscarse siempre entre los hechos sociales precedentes, y no entre los estados de conciencia individuales.
Los hechos sociales son externos al individuo. Todo individuo nace en una sociedad que ya tiene una estructura previa que condiciona la personalidad de cada uno de sus miembros.

De todo este entramado surgirá finalmente el “alma colectiva” (herencia de una mezcla de los idealismos de Hegel y Comte), expresión final de la consciencia colectiva social. Así, los hechos sociales serán representaciones colectivas, es decir, ideas experimentadas por el alma colectiva y expresadas o encarnadas en las mentes y en la conducta de los miembros individuales del grupo social. Contrapuso a la conciencia individual la totalidad de las condiciones sociales. Para Marx no era la totalidad de las condiciones sociales lo que contaba, sino los aspectos tecnológicos y tecnoeconómicos de esas condiciones.

Siguiendo la pauta anterior, el hecho social puede definirse como: los modos de pensar, actuar y sentir exteriores al individuo y que poseen un poder de coerción en virtud del cual se le imponen.

Un hecho social se reconoce de dos modos:
  • Por la presencia de un poder coercitivo externo que a su vez se reconoce por la existencia de una sentencia legal determinada que impide a los individuos violentar la norma.
  • De una manera menos directa, por la difusión que el hecho social exhibe al interior del grupo.
Sea de un modo directo o indirecto, la característica definitoria de los hechos sociales es la misma: existen fuera de la conciencia individual y se imponen sobre ella con poder coercitivo.

Para definir el método más adecuado para el estudio de estos hechos es para lo que escribe “Las reglas del método sociológico”.

La primera y más fundamental de las reglas consiste en considerar los hechos sociales como cosas. Se trata de no ceder a la tentación de la sociología espontánea ni de la especulación. Es dar el paso de la “filosofía social” al de la “ciencia social” con la introducción de un método empírico y el esfuerzo por objetivizar lo que se investiga.

Entre los requerimientos que Durheim consideraba básicos para una ciencia de las funciones sociales estaba el supuesto de que los fenómenos socioculturales no podían ser entendidos como la expresión ni de los instintos psicobiológicos ni de la elección voluntaria y consciente de los individuos.

Desde Adam Smith, la explicación del desarrollo de la división del trabajo se había basado en la idea de sentido común de que una mayor especialización facilitaba medios más eficientes y más baratos para la producción de los bienes económicos de que los hombres dependían para su subsistencia y su placer. Durheim negó su validez y la sustituye por otra explicación que subraya sobre todo la importancia funcional y causal de la solidaridad social. Ataca la idea de que la división del trabajo lleve aparejado un aumento general de la felicidad. Con este punto atacaba a Spencer que sostenía que la felicidad aumenta con la capacidad de producción del trabajo.

Apelando a Darwin señala que la competencia en el mundo biológico es más dura entre los miembros de la misma especie o especies similares, ya que al tener las mismas necesidades y objetivos, son rivales en todos los aspectos. En la población humana esa rivalidad tiende a crecer en proporción directa al crecimiento de lo que Durheim llama “condensación social”. Pero a medida que progresa la condensación, la cohesión mecánica, que es propia de las masas sociales pequeñas e indiferenciadas, deja su sitio al principio orgánico, y la tendencia del organismo social a disgregarse o consumirse en una fatal lucha interna, queda contrarrestada por el desarrollo de la solidaridad orgánica. Cada nueva ruptura en el equilibrio de la masa social se resuelve por la división del trabajo más desarrollada. Así, la división del trabajo resulta ser un dispositivo social no para acrecentar la productividad, sino para reducir la competencia. Su efecto principal es el de aumentar la heterogeneidad entre las partes del organismo social, con lo que multiplica e intensifica su dependencia mutua. Es decir: la función de la división del trabajo es preservar la solidaridad social.

Marx y Durheim asignan un importante papel a la lucha de clases, pero con una diferencia: para Marx la rivalidad social no se resolverá con la división del trabajo, sino que esto llevará a una intensificación del conflicto social. Para él la cohesión social sólo crecerá en el seno del proletariado. Y entre el proletariado y la burguesía, los elementos más diferenciados del organismo social, en lugar de solidaridad orgánica lo que habrá será guerra.

Durheim rechaza la lucha de clases ya que rechaza las explicaciones económicas. Durheim explicará los fenómenos socioculturales sin recurrir a la causación tecnoeconómica. Esto es una estrategia idealista, ya que la condensación social es el producto de un aumento de la densidad de población.

Las formas elementales de la vida religiosa” (1912)

Es un intento de descubrir las causas de las que dependen las formas más esenciales del pensamiento y de la práctica religiosa. Las conclusiones fundamentales a las que llega son:
  • Que todos los conceptos básicos asociados a la religión (Diós, alma, totem, espíritu) se originan en la experiencia recurrente por la que los seres humanos sienten la fuerza y la magestad del grupo social. Los hombres inventan colectivamente las categorías básicas de la religión para explicar la fuerza de la conciencia colectiva.
  • La ausencia de preocupación por la explicación de las variaciones específicas de los sistemas religiosos: una vez que se ha demostrado que el totem o el rito mágico es funcionalmente compatible con ciertas estructuras colectivas elementales y universales, la búsqueda de una explicación se da por terminada.
Hay un profundo cambio en el pensamiento de Durkheim es esta obra. El Durkheim temprano es recordado como un científico positivista cuyos lineamientos generales iban en la dirección de una epistelología empirista. En “Las formas elementales”, sostiene que la sociedad no existe sino en la mente de los individuos. Es un tránsito del empirismo al idealismo y a la concepción de la sociedad como un mundo de objetos eternos

Las Formas elementeales tienen la influencia de la versión hegeliana del idealismo. Para Hegel la historia consiste en el espíritu del mundo que se abre paso hasta llegar a la conciencia de si mismo. Durkheim reemplaza al espíritu del mundo por la conciencia colectiva.

Marcel Mauss

Colaborador y discípulo de Durkheim. La obra principal de Levi-Strauss, Las estructuras elementales del parentesco revela las influencias de Mauss y Durkheim, recordando la búsqueda de este último de las formas elementales de la religión, pero el mismo Levi manifiesta que la inspiración principal es la que recibió de Mauss a través de su obra “El Ensayo sobre el don”.

En esta obra se trata un problema etnográfico a partir de la teoría indígena y no mediante categorías occidentales como el animismo o el mito. Es la teoría sobre el intercambio de dones, desde una reflexión indígena.

Mauss, observa que en las sociedades antiguas y contemporáneas primitivas, realizan los cambios y contratos mediante la forma de regalos. Que estos regalos son teóricamente voluntarios pero, que son hechos en realidad obligatoriamente, así como son devueltos, obligatoriamente.

Plantea, entonces, que estas formas de intercambio constituyen un “hecho social total” porque expresan a la vez y de golpe todo tipo de instituciones: la religiosa, jurídica, moral, al igual que las políticas, familiares y económicas.

Hay un rasgo en todas ellas que las individualiza: el carácter voluntario, aparentemente libre y gratuito y, sin embargo obligatorio e interesado de estas prestaciones. Toman la forma de regalo desinteresado pero ocultan formalismo y mentira social y obligación e interés económico.

A partir de aquí, Mauss se pregunta cual es la norma de derecho que ha hecho que en las sociedades de tip arcaico el regalo recibido haya de ser obligatoriamente devuelto. Para constestar a su pregunta utiliza el método comparativo , estudiando el tema en lugares determinados y elegidos. La comparación la realiza con la integración del fenómeno en su función en la sociedad, esto es, como un hecho social total en cada caso.

Llega a la conclusión de que no son los individuos los que se obligan mutuamente sino los grupos o colectividades: clanes, linajes, familias. La cuestión de este tipo de prestaciones es que obliga a devolver el regalo recibido. De no hacerlo lo que se pierde es la autoridad, el prestigio, el status. Se pierde la “mana” va a decir Mauss, la fuerza mágica, religiosa o espiritual. Esta fuerza que obliga es la del concepto Polinesio de “hau”: el espíritu de las cosas, según los maories.

El don (regalo) encarna por tanto tres obligaciones: la obligación de donar, de recibir y de devolver lo mismo o su equivalente. A su vez, estas obligaciones resultaban en una fuerza que dominaba a las personas y a las cosas, esto es, no era posible separar la identificación entre personas y cosa donada o recibida. Así el “espíritu de las cosas” parecía explicar la obligación de devolverlas”

Mauss se pregunta también, por el significado de donar: donar es “el hecho de que donar obliga”. Donar establece una relación entre el que dona y el que recibe, una relación de solidaridad y otra de superioridad. El don apróxima a los protagonistas pero al mismo tiempo los aleja porque establece una relación de desigualdad o jerarquía que podía no existir previamente. Es este carácter dual lo que hace que el ejercicio del don se desarrolle principalmente en sociedades en las que las relaciones personales (entre grupos o individuos) priman.

Para Mauss de las tres obligaciones, la más importante es la de devolver, ya que las cosas donadas tienen una fuerza propia que las hace circular y volver al propietario. Esta sería la explicación para los conceptos polinesios de hau y mana, y para los conceptos del potlatch.

Mauss trata todas las manifestaciones del don con hechos sociales totales en los que todos los tipos de instituciones, religiosas, legales, morales y económicas, encuentran expresión simultánea: “nada puede ser entendido salvo en su relación con todo lo demás”. Durkheim no había dado demasiada importancia a la posibilidad de comprender los fenómenos sociales desde dentro, es decir, desde el epíritu de los individuos participantes. Cuando Mauss habla de los hechos sociales dice que es necesario aprehenderlo totalmente, es decir, desde fuera, como una cosa, pero como una sola cosa de la que es parte integrante el conocimiento subjetivo, tanto consciente como inconsciente. Es decir, como si tuvieramos que vivir el hecho como lo vive el nativo, en lugar de reducirnos simplemente a observarlo como lo observa el etnógrafo.

Así pues, Mauss estaba abriendo el camino hacia las estructuras elementales que Durkheim no había llegado a captar por excluir demasiado rigidamente los sentidos psicológicos de los hechos sociales. Mauss es más consciente de la relación entre los fenómenos sociológicos y los psicológicos y afirma, que aunque la sociología sea un tipo de psicología especificamente distinto de la psicología individual no por ello es memos verdad que uno puede pasar de los hechos de la conciencia individual a las representaciones colectivas a través de una serie continua de intermediarios. Es decir, Mauss se da cuenta de que en el espíritu humano pueden existir estructuras internas profundas y ocultas, causalmente anteriores a las representaciones colectivas como hechos sociales objetivos. El específico logro de ¡Ensayo sobre el don” reside en esta reorientación del funcionalismo hacia la teleología inconsciente.

Levi Strauss dirá que la razón del intercambio deberá buscarse en otra parte: en una “realidad subyacente”, en las “estructuras mentales inconscientes” que se comprenden a través del lenguaje y de las instituciones. Para Levi, el intercambio es el que constituye el fenómeno primitivo de la vida social.

Levi-Strauss

Intenta comprender los fenómenos sociales desde dentro, desde el espíritu de los individuos participantes. En el espíritu humano existen estructuras internas profundas y ocultas, que son anteriores a las representaciones colectivas como hechos sociales objetivos.

La búsqueda de la estructura elemental es un retorno a la práctica de explicar los fenómenos socioculturales recurriendo a la búsqueda del sustrato mental.

La contribución específica de “Las estructuras elementales de parentesco”, reside en la aplicación de las sugerencias de Mauss referentes a la circulación de un tipo particular de bien para la explicación de la prohibición del incesto, de los matrimonios preferenciales y de las principales variedades de los grupos de parentesco. El bien en cuestión que Mauss se limita a enumerar, junto con brazaletes, plumas, ñame…, es el de las mujeres.
A partir de esto Levi afirma que el fenómeno fundamental subyacente a todos los sistemas matrimoniales es el resultado de la prohibición del incesto, y en todos los casos actúa del mismo modo: “a partir del momento en que me prohibo a mi mismo el uso de una mujer, que así se convierte en disponible para otro hombre, hay en algún sitio un hombre que renuncia a una mujer, que de ese modo resulta disponible para mi”. La función de la prohibición del incesto consiste así en impulsar el intercambio recíproco de mujeres. A partir de aquí, el estudio del parentesco consiste esencialmente en el análisis y en la clasificación de los diversos sistemas de intercambio de mujeres.

Para entender el incesto hay que apelar a ciertas estructuras fundamentales del espíritu humano, que se basan en la dialéctica entre “yo y los otros”. Es esta oposición la que se resuelve con la idea de reciprocidad. La importancia atribuida a la subestructura mental de la reciprocidad sólo resulta intelegible cuando se pone en relación con la historia de la escuela francesa. Tanto Mauss como Durkheim tenían una metodología de dependía del hallazgo de arquetipos colectivos o denominadores comunes espirituales.

Método estructural

El método estructural que utiliza Levi se toma del método lingüístico sobre el contraste de binarios que postuló Jakobson.
Para Levi el comportamiento lingüístico es el comportamiento por excelencia en tanto esta regido por reglas y estructuras desconocidas por los actores (hablantes). Esto es, no es necesario conocer las reglas de la gramática para hablar una lengua, aún cuando la lengua no es tal sin la existencia de esa estructura. Apoyado en estas afirmaciones va a demostrar que las sociedades tienen modelos similares para la experiencia cultural. El parentesco, como sistema, es una de las dimensiones de la experiencia cultural.

Las estructuras del lenguaje humano son equivalentes a las de la sociedad. Las estructuras universales están formadas por oposiciones binarias. Las estructuras se descubren a partir de las representaciones de estas estructuras (escritura, leyendas, mitos…)

La lingüística a través de la fonología encuentra un método con cuatro pasos fundamentales:
  • Pasa del estudio de los fenómenos lingüísticos conscientes al de su estructura inconsciente
  • Rehúsa tratar los términos como entidades independientes y toma como base de su análisis las relaciones entre los términos
  • Introduce la noción de sistema y muestra los sistemas fonológicos concretos y pone en evidencia su estructura.
  • Busca, finalmente descubrir leyes generales
El sociologo se encuentra en una situación semejante al lingüista: como los fonemas, los términos de parentesco son elementos de significación; como ellos, adquieren esta significación sólo a condición de integrarse en sistemas; los sistemas de parentesco como los sitemas fonológicos son elaborados por el espíritu en el plano del pensamiento inconsciente; la recurrencia de formas de parentesco, reglas de matrimonio, actitudes semejantes prescriptas entre cierto tipo de parientes… permite creer que, los fenómenos observables resultan del juego de leyes generales pero ocultas.

La revolución implica tres cambios de prioridad:
  • El estudio de los fenómenos conscientes debe dejar paso al estudio de su estructura inconsciente
  • Los rasgos no deberán tratarse como entidades independiente, sino que es la relación entre ellos la que debe convertirse en base del análisis
  • Deben formularse leyes generales bajo la forma de relaciones invariantes o interculturalmente válidas.
La mente humana es una y la misma cosa en todas partes. La coherencia de cada sistema de clasificaciones sólo puede ser explicado recurriendo a los costreñimientos específicos de la mente humana.

Propone observar como está estructurada la sociedad y en base a qué. Para conocer una sociedad hay que fijarse en las estructuras mentales de los individuos de esa sociedad. Así la estructura de la sociedad empieza con el pensamiento del individuo. Busca, después las unidades básicas de la cultura en la mente de los individuos de esa sociedad porque las estructuras del individuo son las que estructuran la sociedad.

Le interesa principalmente la estructura mental que subyace en la estructura social visible. Las estructuras visibles son consideradas como conceptos de nuestra mente que se manifiestan en el lenguaje de los mitos y en las instituciones elementales como el parentesco.

La comprensión de la vida social debe entenderse en términos de ciclo de reciprocidad que implicaban el intercambio de bienes. La reciprocidad nos conduce hasta la estructura mental subyacente. Aplica este principio de reciprocidad a la explicación de la prohibición del incesto, de los matrimonios preferentes con primos cruzados y de las principales variedades de grupos de parentesco.

Las estructuras mentales que podemos establecer son:
  • Exigencia de la regla en tanto que regla
  • Noción de reciprocidad considerada como la forma por la que puede ser integrada la oposición entre yo y el otro
  • Carácter sintético del Don
El avunculado

La más clara exposición de la relevancia de la lingüística estructural para el estudio de parentesco está contenida en el problema del avunculado –el famoso problema de la relación entre el hermano de la madre y el hijo de la hermana-.

Para los evolucionistas suponía una supervivencia del régimen matrilineal. Para Lowie era una aplicación particular a la tendencia general a asociar determinadas relaciones sociales, a “calificar actitudes”.

Radcliffe-Brown apreció dos actitudes diferentes: el MB (hermano de la madre) representa la autoridad y tiene derechos sobre el sobrino cuando el padre es un relajo; el sobrino ejerce privilegios sobre su tio materno, cuando existe autoridad del padre. Así, la línea de descendencia matrilineal o patrilineal determinaba el carácter y sentido de las opuestas relaciones F-S Padre-hijo) y MB-ZS.(hermano de la madre-hijo de la hermana)
Radcliffe ponía el énfasis en la determinación básica del sistema de actitudes en el seno de la familia nuclear donde existen tres relaciones básicas: H-W (esposo-esposa); P-C (padres, hijos); B-Z.(hermano-hermana)

Para Levi-Strauss el átomo de parentesco no es la familia sino una estructura compuesta por cuatro tipos de relaciones ligadas entre si: B-Z; H-W; F-S; MB-ZS. El avunculado planteaba, así problemas porque la ideología familia-céntrica había llevado a ocultar que el MB es un integrante básico: es el donador de la mujer sin el que no podría existir la alianza, el intercambio matrimonial que estructura el sistema de parentesco.

La explicación de las actitudes familiares en términos de un sistema estructuralmente determinado por el juego de relaciones internas al átomo de parentesco priva de toda autonomía a los sentimientos. “Cada hombre siente en función de la manera en que le ha sido permitido o prescrito comportarse”. Es una concepción de carácter individualista.

El intercambio restringido y generalizado

El aspecto del libro de Levi que ha suscitado mayor controversia es el relativo al descubrimiento de que los sistemas de matrimonio pueden clasificarse en dos tipos principales: Los que producen intercambio restringido de mujeres y los que producen intercambio generalizado
  • Intercambio restringido: Teoría de la alianza matrimonial referida a algunas sociedades con estructuras elementales de parentesco que poseen reglas positivas relativas a la elección del conyuge, prefiriendo el matrimonio con primos cruzados. Se aplica a ejemplos etnográficos concretos de valor paragdimático como Australia. En el intercambio restringido se realiza un intercambio de mujeres entre dos grupos: “A” de mujeres a “B” y “B” da mujeres a “A”.
  • Intercambio generalizado: La reciprocidad se completa de una forma retardada: “A” da mujeres a “B”, “B” da mujeres a “C” y “C” da mujeres a “A”
Levi asocia cada uno de estos tipos de intercambios con una forma diferente de matrimonio entre primos. El restringido es un resultado automático entre primos cruzados, denominado matrimonio simétrico. Es decir, el matrimonio puede ser tanto con la hija del hermano de la madre como con la hija de la hermana del padre. El intercambio generalizado se asocia con el matrimonio asimétrico entre primos cruzados, es decir, matrimonio con la hija del hermano de la madre.

Para Levi, con el intercambio generalizado se consigue una mayor solidaridad social.

Críticas de Homans y Scheneider

En 1955 Levi fue criticado por Homans y Schneider. La crítica se centró en la explicación del problema de los primos cruzados matrilaterales y patrilaterales. Rechazan la relación que existe entre el matrimonio entre primos cruzados patrilaterales y matrilaterales con el grado de solidaridad social.

Para explicar la solidaridad social es necesario, según ellos, explicar las causas eficientes, es decir, especificar como es que los intereses personales inmediatos de los actores humanos resultan mejor servidos adoptando una forma y no la otra. Para ellos, esto ya lo habría solucionado Radcliffe-Brown con su teoría del avunculado. Según este autor, los grupos de filiación patrilineal tienden a producir una situación en la que la autoridad está en manos del padre y de todos los miembros varones y hembras de su grupo de filiación. Por el contrario, las relaciones con la madre y con todos los miembros varones y hembras del grupo de la madre se caracterizan por su indulgencia e informalidad. El hermano de la madre es así una especie de madre varón, mientras que la hermana del padre es una suerte de padre hembra.

Partiendo de esto Homans y Schneider plantean la pregunta de qué importancia puede tener tal complejo patrilineal en el tratamiento diferencial de que sean objeto las dos primas cruzadas, matrilateral y patrilateral. Puesto que las relaciones con el hermano de la madre están marcadas por una libertad indulgente, probablemente se prefiera a su hija para el matrimonio. La teoría podría resumirse en: allí donde un hombre encuentra amor en una generación, allí lo buscará en la siguiente. Donde la regla de filiación sea matrilineal, existirá el tipo opuesto. Someten su hipótesis a un método estadístico demostrando una clara correlación favorable a su hipótesis que explicaba una mayor frecuencia de matrimonios con la prima cruzada matrilateral porque la filiación matrilineal se da muchas menos veces que la patrilineal.

Homans y Schneider fueron criticados por Needham por no haber distinguido entre matrimonio preferencial y matrimonio prescrito: El matrimonio preferencial para levi implicaba sugestión y exhortación, mientras que el prescrito significaba exigencia absoluta y exclusiva. Además, ambos autores no plantean en ningún caso cuál es la operación que puede servir para medir la cantidad de solidaridad de un grupo social.
Needham buscaba un conocimiento de la estructura por lo que se necesitaba realizar “un análisis estructural total de todos los hechos registrados en una sociedad”. La cuestión que seguía planteada era el valor de la aplicación por Levi del principio de reciprocidad a la explicación de los sistemas matrimoniales. Así, lo que había que hacer era tomar un caso específico de prescripción matrilateral y comprobar si nuestra comprensión de ese caso resultaba enriquecida con la teoría de Levi sobre el intercambio restringido. La sociedad escogida fue la de los purum de Manipur y se demostró que no respondían a lo que tenía que demostrarse: se practicaba tanto el intercambio restringido como el generalizado; la reciprocidad era fragmentaria y no estaba demostrada; la diferencia entre prescripción y preferencia no era estructural sino simplemente cuestión de grado.

Needham sólo fue capaz de encontrar, sólo, nueve casos de prescripción matrilateral en los que apoyar empíricamente la existencia del sistema de intercambio generalizado.

Levi no da la más mínima pista de por qué se encuentran tan pocos sistemas de intercambio generalizado ni sugerencias sobre cuales puedan ser las condiciones que lleven a la aparición de la forma restringida en vez de a la forma generalizada.
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